Punto y aparte

Llega una edad en la vida en la que uno aleja un libro para poder leerlo. Hay gente a la que le hace falta irse de su país para empezar a enamorarse de sus costumbres; también están esas personas que necesitan mudarse de su casa para llevarse mejor con esa familia a la cual creen odiar. Existe también ese momento del día en el que uno tiene que apagar la computadora, el celular, la televisión y escucharse respirar, o ese tan genial llamado vacaciones una o dos veces al año para dejar de moverse. Sin ir muy lejos...el recreo del colegio para el capitán del espacio, los diez minutos chateando con cualquiera para dejar de estudiar, el corte de pelo para creerse diferente....

Algunos de esos momentos no son permanentes, muchas veces el viajero vuelve, la campana suena, te despierta el teléfono, empiezan las clases, el pelo te crece y el capital del espacio ya te lo comiste y todo sigue su curso; pero que pasa...las cosas ya no son las mismas, porque ese momento existió, y algo cambio, aun superflua e innecesariamente.

Llegamos los dos a un punto en el cual "un momento de esos" es necesario, porque terminar echándonos veneno en el nesquik no es la idea y antes de esa Ultima Prosa que ninguno de los dos quiere escribir, es preferible esa opción, la opción de extrañarse y como se dice en la jerga adolescente: ver que onda.

Después de un año de haberte hecho escuchar la primer parte de Quebrado de Pedro Aznar, hoy, como los dos extraños que eramos...te hago escuchar la segunda. Cabe agregar que no creo que las segundas partes sean peores, sino que son diferentes y a la gente le cuesta ver que las cosas cambian.

Creo que escribí por todo lo que no estuve escribiendo. Puedo decir que el Blog "todavía sirve!! todavía sirve!!..."