Pasé muchas veces por la autopista, y creanme que no existió el día que no haya mirado por la ventanilla todas esas casas. Las miraba como quien ve una foto de un lugar que jamas va a conocer, con intriga, extrañeza y tristeza a la vez.
Hoy dejó de ser solo un cuadro, hoy me perdí en esos pasillos angostos y me encontré adentro de esas casas de las que solo conocía los techos. Esta vez, vi la autopista desde abajo, vi esos carteles enormes cortar el cielo en dos con la publicidad de un auto nuevo, un contraste que de tan solo acordarme, se me pone la piel de gallina. Tuve la sensacion de estar lejos, en otro país distinto con otras costumbres; ese efecto óptico que cambia cuando te das cuenta que estas mas cerca de lo que crees. ¿Que mas vi? Vi nenes jugando, corriendo, y educándose solos en la calle y una cruda y lamentable realidad.
Hoy dejó de ser solo un cuadro, hoy me perdí en esos pasillos angostos y me encontré adentro de esas casas de las que solo conocía los techos. Esta vez, vi la autopista desde abajo, vi esos carteles enormes cortar el cielo en dos con la publicidad de un auto nuevo, un contraste que de tan solo acordarme, se me pone la piel de gallina. Tuve la sensacion de estar lejos, en otro país distinto con otras costumbres; ese efecto óptico que cambia cuando te das cuenta que estas mas cerca de lo que crees. ¿Que mas vi? Vi nenes jugando, corriendo, y educándose solos en la calle y una cruda y lamentable realidad.
(Fui a la Villa 31 por el curso de vacunación de la facultad)
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